Estados Unidos sumó este miércoles 3.053 muertos por COVID-19 en 24 horas y más de 220.000 nuevas infecciones, un nivel que roza las cifras récord registradas en ese país durante la pandemia, según el conteo de la universidad Johns Hopkins.
La cifra es alarmante y supera el saldo que dejó el peor atentado terrorista cometido en suelo estadounidense: el 11 de septiembre, que dejó 2.977 muertos.
Las autoridades estadounidenses esperaban un aumento de casos y muertes después del desplazamiento de millones de ciudadanos por el Día de Acción de Gracias hace dos semanas, pese a los llamados a que permanecieran en casa.
Solo en California, donde regiones enteras fueron reconfinadas a comienzos de la semana, registró más de 30.000 casos de coronavirus el miércoles, un récord diario para un estado, según el Covid Tracking Project.
El número de pacientes hospitalizados por COVID-19 en el país continuó también batiendo récords, con 106.000 personas el miércoles.
Desde hace dos semanas, Estados Unidos supera con regularidad la barrera de los 2.000 muertos diarios, como ocurrió en la primavera boreal, en el pico más alto de la primera ola de la epidemia.
Ante este impresionante repunte, los estadounidenses mantienen la esperanza en la distribución inminente de una vacuna.
Los datos de la vacuna de Pfizer/BioNTech serán examinados el jueves por expertos estadounidenses independientes y podría ser autorizada en los próximos días, mientras que los de la vacuna de Moderna serán revisados la semana que viene.
Más de 5 millones de personas han contraído COVID-19 en Estados Unidos y casi 290.000 han muerto por la enfermedad dejándolo al frente en la estadística mundial.