Iota llegó este miércoles a El Salvador como tormenta tropical, tras acumular diez muertos en su camino y provocar daños en Nicaragua, donde miles de personas quedaron incomunicadas, sin agua ni luz.
La tormenta amenaza con agravar la situación de zonas de Centroamérica devastadas hace dos semanas por el ciclón Eta.
El ciclón dejó seis muertos en Nicaragua, dos de ellos niños, además de dos en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, uno en Panamá y otro en El Salvador.
El meteorólogo del Observatorio del Ministerio de Medio Ambiente, Roberto González, dijo a la AFP que «Iota ya está sobre el territorio nacional» e ingresó por los orientales departamentos de Morazán y La Unión, unos 220 km al este de San Salvador.
González comentó que Iota se mantiene como tormenta tropical con vientos sostenidos de hasta 65 km por hora moviéndose hacia el oeste del país, donde a las 6:00 de la mañana hora local ingresará al océano Pacífico donde se degradará a «sistema de baja presión».
El gobierno salvadoreño lamentó la muerte de un motociclista luego que un árbol fue derribado por el viento. Un total de 813 personas fueron evacuadas de zonas de riesgo y ubicadas en 230 albergues.
En Honduras el gobierno hondureño ordenó el cierre de las principales carreteras del país hasta la mañana de este miércoles ante el riesgo de desbordamiento de ríos.
Iota, que tocó tierra la noche del lunes como huracán categoría 5 (la máxima en la escala Saffir-Simpson), se degradó a tormenta tropical este martes.
Más fuerte que Eta, Iota llegó a Nicaragua como huracán con vientos máximos de 260 km/h, según un informe del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC).
Inundaciones repentinas y crecidas de ríos que amenazan la vida de los pobladores se continuarían registrando hasta el jueves en partes de Centroamérica debido a las lluvias provocadas por Iota, advirtió la NHC.
Y en Honduras, Nicaragua y Guatemala esos fenómenos «podrían verse exacerbados por los efectos recientes del huracán Eta», que tocó tierra el 3 de noviembre también en el Caribe nicaragüense y dejó al menos 200 muertos y 2,5 millones de afectados en Centroamérica.
En Bilwi, principal ciudad del Caribe Norte de Nicaragua, hay «caída de árboles, de postes de luz del tendido eléctrico, de techos de casas que salieron por el aire y un hotel que perdió todo el techo», dijo el director del Sistema Nacional de Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Guillermo González.
Dos niños murieron el lunes en Nicaragua al intentar cruzar un río y otras cuatro personas fallecieron este mates en diferentes partes del país en inundaciones y derrumbes, informó la vicepresidenta del país, Rosario Murillo.
El paso de Iota dejó dos muertos, un desaparecido y seis heridos en el archipiélago colombiano de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde «gran parte de la infraestructura» quedó destruida, informó el martes el presidente Iván Duque.
Las autoridades de Panamá, en tanto, reportaron una mujer fallecida en la comarca indígena Ngäbe Buglé, mientras unas 2.000 personas eran albergadas.
La Policía constató al llegar al lugar que había catorce personas fallecidas en uno de los pabellones, así como catorce más heridas y un número indeterminado de fugados.
Al menos catorce personas fallecieron y otras tantas resultaron heridas en un enfrentamiento en una cárcel de la provincia de El Oro, fronteriza con Perú, según información preliminar de la Policía.
El hecho violento ocurrió alrededor de las 02:00 hora local de este lunes (07:00 GMT) y, según vídeos difundidos en redes sociales, se registraron dos fuertes explosiones y varios disparos.
La Policía constató al llegar al lugar que había catorce personas fallecidas en uno de los pabellones, así como catorce más heridas y un número indeterminado de fugados.
El episodio que encendió las alarmas en la región ocurrió entre el viernes 19 y el domingo 21 de septiembre, cuando las tropas fueron rodeadas por civiles en veredas como Los Sauces y Las Acacias, impidiéndoles avanzar.
Tras los hechos ocurridos el pasado fin de semana, en los que 74 militares fueron retenidos durante más de 40 horas por pobladores presuntamente manipulados por disidencias de las FARC, el Ejército Nacional confirmó que mantendrá su presencia en el municipio de La Plata, Huila. Así lo aseguró el coronel Henry Herrera, comandante de la Novena Brigada, en entrevista con Mañanas Blu.
“Nuestra intención es proteger a la población civil, evitar que esta estructura criminal los siga humillando, maltratando o asesinando”, señaló el oficial, al confirmar que las tropas se encuentran en la vereda Gallego, desde donde mantendrán operaciones para contener la presencia de grupos armados ilegales.
Secuestro de 74 militares y manipulación de la población civil
El episodio que encendió las alarmas en la región ocurrió entre el viernes 19 y el domingo 21 de septiembre, cuando las tropas fueron rodeadas por civiles en veredas como Los Sauces y Las Acacias, impidiéndoles avanzar. Herrera calificó la situación como una asonada organizada por disidencias de las FARC, que instrumentalizaron a la población bajo amenazas.
“Estos criminales constriñen a la población civil y los obligan, so pena de multas, homicidios o desplazamientos, a salir a impedir el avance de las tropas”, explicó el coronel. Finalmente, tras casi dos días, los militares lograron reagruparse en Gallego con apoyo de refuerzos, mientras la comunidad regresaba a sus hogares.
Disidencias del Bloque Central Isaías Pardo y el corredor hacia el Cauca
El oficial detalló que en esta zona operan estructuras del Bloque Central Isaías Pardo, entre ellas la facción Hernando González Acosta, la cual sufrió fuertes golpes militares en diciembre de 2024, con 16 neutralizaciones y la recuperación de cuatro menores de edad. No obstante, la cercanía con el Cauca ha facilitado la movilidad y repliegue de estos grupos.
“Ellos se repliegan hacia el Cauca, donde reclutan más jóvenes, se entrenan y regresan al área rural de La Plata”, advirtió Herrera. Además, señaló que las limitaciones en la distribución de jurisdicciones militares y la compleja situación de orden público en el Cauca dificultan el control en las zonas limítrofes.
Aunque el secuestro de los militares ya fue superado, el clima de tensión se mantiene. El oficial confirmó que la población civil sigue siendo la principal víctima de las disidencias.
En lo corrido de 2025, se han registrado 21 homicidios en 13 eventos violentos: 14 de ellos contra civiles que no aceptaron las exigencias de los grupos, y otros siete contra desertores o familiares de exintegrantes de estas facciones. “No podemos permitir que se repitan hechos como el secuestro de una mujer en septiembre, condenada además a destierro”, recalcó Herrera.
La incertidumbre también afecta a la educación: tras la asonada, las clases presenciales fueron suspendidas en algunas veredas del municipio.
Narcotráfico y control territorial
El comandante de la Novena Brigada indicó que, aunque en Huila no hay cultivos de coca, las disidencias usan viviendas abandonadas como centros de planeación de ataques y secuestros. También controlan corredores de movilidad de marihuana procedente del Cauca.
“En este año hemos incautado 30 toneladas de marihuana que venía del Cauca. Solo en una operación interceptamos 8.8 toneladas”, informó Herrera, subrayando que estos golpes afectan las finanzas de los grupos ilegales.
Ejército mantendrá presencia en La Plata
La asonada en La Plata no es un hecho aislado. En lo que va del 2025, ya se han presentado cinco asonadas en este municipio y cerca de 60 en todo el país, como estrategia de las disidencias para debilitar la institucionalidad en las regiones.
Herrera insistió en que la permanencia militar es indispensable: “Sin seguridad no va a llegar el progreso, sin seguridad no va a llegar la gobernabilidad”.
Finalmente, el comandante exaltó la labor de sus hombres: “El 80 % de los soldados son hijos de campesinos. Nuestro único propósito es proteger a la población civil y evitar que la juventud quede esclavizada a merced de estos grupos armados”.
El viaje de los congresistas de EEUU coincide con la muerte este lunes del senador y aspirante presidencial Miguel Uribe Turbay, quien estaba hospitalizado desde hace dos meses tras ser víctima de un atentado.
Una delegación de congresistas de Estados Unidos, encabezada por el senador republicano Bernie Moreno, viajará esta semana a Colombia para reunirse con su presidente Gustavo Petro y otros políticos de varios partidos, con miras a fortalecer las relaciones bilaterales.
Durante las reuniones abordarán los temas del crimen organizado, el clima de negocios y la creciente influencia de China en el país, de acuerdo con un comunicado del senador demócrata Rubén Gallego, que será parte de la comitiva.
El senador Moreno, electo por Ohio, nació en Colombia y la madre de Gallego es colombiana y son los primeros legisladores colombo-estadounidenses.
El viaje de los congresistas de EE.UU. coincide con la muerte este lunes del senador y aspirante presidencial opositor Miguel Uribe Turbay, quien estaba hospitalizado desde hace dos meses tras ser víctima de un atentado.
«Miguel Uribe representó lo mejor de Colombia. Que descanse en paz, que su espíritu guíe a Colombia hacia el futuro y que esta terrible situación despierte un sentimiento de reconciliación y dirección para los colombianos», indicó Moreno en su página de X uniéndose a las muchas voces que hoy lamentaron la muerte del colombiano.
Por su parte, Gallego, que representa a Arizona en el Senado federal, también lamentó la muerte del político. «Mis condolencias están con los seres queridos de Miguel Uribe. La violencia no tiene cabida en la política: debemos rechazar el extremismo y proteger la democracia y el futuro de Colombia», indicó.
De acuerdo con el comunicado, Gallego llegará este jueves a la ciudad colombiana de Cartagena para las reuniones con congresistas colombianos de varios partidos y luego harán lo mismo con alcaldes y líderes empresariales.
El viernes, los senadores viajarán a Bogotá para reunirse con el presidente Petro y participar en una conferencia de prensa del Consejo Atlántico. El senador Gallego no se reunirá con el expresidente Álvaro Uribe, quien cumple una pena de prisión domiciliaria tras ser condenado en primera instancia a doce años por fraude procesal y soborno en actuación penal, destacó en su comunicado.
Moreno no ha publicado detalles de su viaje.
El viaje de los legisladores estadounidenses fue anunciado el pasado marzo por el presidente del Congreso colombiano, Efraín Cepeda, tras un viaje a Washington.