Por allá a finales de la década de los 60 del siglo pasado, la conmemoración de la Semana Santa en Pasto, era muy diferente a las de estos años del nuevo Milenio.
Recuerdan quienes pasan de los 70 años, que las conmemoraciones de antaño se hacían en el marco de una gran solemnidad y respeto total a esos días, desde el Domingo de Ramos, hasta el Domingo de Resurrección.
Música religiosa a la lata
En esas épocas ya idas, cuando las pocas emisoras que funcionaban en la capital nariñense, cambiaban totalmente su programación a partir del Lunes Santo.
Generalmente en esos años, las emisoras de Pasto, que pertenecían a una cadena, como Todelar, Caracol o RCN, recibían gran parte de su programación de las emisoras matrices que transmitían desde Bogotá o Cali y, cuyo fuerte eran las radionovelas y los noticieros.
Avalancha de música religiosa
Pero, desde las 12 de la noche del Domingo de Ramos y hasta el Domingo de Resurrección, todo cambiaba y todas las emisoras de Pasto, lo que también ocurría a nivel nacional, se dedican a transmitir música religiosa durante todo el día, lo que mortificaba bastante a los jóvenes, en una época en la que no había la elevada tecnología que existe hoy, por lo que los muchachos tenían que aguantarse esta avalancha de música religiosa, en la que, como recuerda quien escribe estas líneas había uno temas realmente escalofriantes, capaces de asustar al más valiente.
Esta fue una de las tradiciones de antaño que desapareció hace varios años, pero lo reprochable es que las emisoras de ahora, se fueron al otro extremo y ahora los viernes santos, mientras están crucificando a Jesucristo, se dedican a trasmitir salsa, vallenatos y merengues, como sí en lugar de la Semana Santa, Pasto estuviera celebrando su tradicional Carnaval de Negros y Blancos.
Respeto en la zona roja
Otra tradición que se perdió, fue el enorme respeto que le tenían a la Semana Santa, las damas que se dedicaban a la profesión más antigua del mundo, así como los propietarios de las llamadas casas de citas, grilles, bares y cantinas, que, desde el Lunes Santo, cerraban sus puertas a piedra y canto.
Lo cierto es que en la época a la que hacemos referencia, quienes ahora se llaman trabajadoras sexuales, durante esos días sacros, se negaban de manera rotunda a atender a sus clientes y solo reanudaban sus servicios a las cero horas, del Domingo de Resurrección. Ahora en este 2024, sobra decir lo que pasa y por eso surgió el nombre de “Parranda Santa”.
No a la carne
En esos lejanos años de las semanas santas ya idas, también se respetaba de manera total la prohibición de comer carnes rojas.
De esta manera, al igual como ocurría con los establecimientos de dudosa reputación, que en esos años se identificaban con un bombillo rojo, desde el Lunes Santo, las carnicerías cerraban sus puertas, ante la carencia de clientes. Esto porque todo el mundo el llamado de las autoridades religiosas a no comer carne, en tanto que los vendedores de pescado, obtenían pingues ganancias.
Ahora, en las más recientes semanas santas, aunque sigue predominando la venta de pescado, ya no se respeta ese ayuno y la gente consume por toneladas, hamburguesas, chorizos y toda clase de carnes rojas, sin importar para nada que sea Viernes Santo.
Sermones larguísimos
Otra tradición que, en este caso, afortunadamente se perdió fue el de los sermones larguísimos e inacabables, como “El Sermón de las 7 Palabras”, que en algunas iglesias de Pasto, podría superar las 4 horas de duración.
Se trataba de una situación que causaba incomodas situaciones a los feligreses, en especial a los de avanzada edad, (en esas épocas no se había acuñado el término tercera edad o adulto mayor) ante las necesidades fisiológicas que los aquejaban.
En este tema del “Sermón de las 7 Palabras,” recordamos que en la ciudad de Pasto, hubo más de un sacerdote que se metió en problemas, por aprovechar ese espacio de Semana Santa para hacer graves acusaciones al Gobierno de turno o, a algunos personales de la política, en unas épocas en la que estas acciones eran bastante peligrosas.
Creencias que perduran
Nada como la Semana Santa, para ser cuna de toda clase de mitos insólitos, a pesar de lo cual, aún perduran y se mantienen vigentes, aunque sea para tema de conversación.
Veamos algunos de ellos:
Contra las tempestades
Todavía en varias zonas de Nariño, prevalece la creencia de que las palmas que se utilizaban en la procesión del Domingo de Ramos, sirven para alejar las grandes tempestades. En ese sentido, se afirma que basta con quemarlas, para que los rayos se alejen
El Viernes Santo brillan los entierros
Se trata de una creencia muy arraigada entre los guaqueros, quienes afirman que, en la noche del Viernes Santo, brillan los tesoros que se encuentran enterrados. Es así como los buscadores, salen en esa fecha a los descampados, donde se cree que puede haber un entierro valioso, a ver sí las fortunas les sonríe.
El diablo de parranda
Se dice que, desde el Viernes Santo, día de la muerte de Jesucristo, hasta el Domingo de Resurrección, el diablo, aprovecha la momentánea ausencia de su archienemigo para venir a darse una vuelta por estos lados.
De esta manera, son muy famosas las historias de cuando Satanás, decidió visitar la discoteca La Bruja de Pasto, donde se tomó sus aguardientes, y bailó con una bella damita, hasta que se cansó y desapareció en medio de una nube de azufre, mientras su pareja se desmayaba. Antes, se dice que una historia muy similar, ocurrió también en un Viernes Santo, en bailadero que se llamaba Agapito situado en el corregimiento de Juanchito, en la ciudad de Cali. Lo inquietante de esta historia, es que, quien escribe estas líneas trabajaba en esa ciudad, cuando se afirma que se produjo ese hecho y al llamar al Hospital Departamental, el encargado le informó que un joven, remitida desde Juanchito, estaba recibiendo atención médica de urgencia, víctima de unas misteriosas quemaduras…
Vida sexual
Otro de los mitos que siempre surgen en esta Semana Santa, es que desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, no se podían tener relaciones sexuales, puesto que se corría el delicado riesgo de que la pareja se quedara pegada por ese irrespeto a los días sacros.
No bañarse
Igualmente, otra creencia que todavía sigue muy arraigada en los sectores rurales, es la que dice que no hay que bañarse en ríos o quebradas, puesto que se corre el peligro de convertirse en pez.
No vestirse de rojo
Dado que a lo largo de la historia, el color rojo se relaciona con la pasión, la lujuria, el pecado y con el diablo, se afirma que no es conveniente vestirse de ese color durante la Semana Santa, puesto que ello podría atraer al Príncipe de las Tinieblas.
No salir a las 3 de la tarde
La historia dice que Jesucristo murió en la cruz a las 3:00 de la tarde, lo que causó la ira de Dios. Es por ello, que algunas personas creen que, durante la celebración de la Semana Santa, no es bueno salir de la casa a esa hora.
No subirse a los árboles
Es un mito muy parecido al que señala que bañarse en ríos o lagunas puede convertir a la persona en pez. Aquí lo que se cree es que en Semana Santa, no es recomendable, especialmente, sí se trata de un niño o niña, subirse a un árbol, puesto que se corre el riesgo de quedar convertido en un mono.