Un nuevo pentacampeón, un nuevo artillero albiceleste y una nueva decepción. El Preolímpico sudamericano Sub-23, que finalizó este domingo en Colombia, dejó la representación sudamericana a Tokio-2020 y varias conclusiones luego de tres semanas de competencia.
El brasileño Matheus Cunha fue el máximo artillero del torneo, con cinco anotaciones.
El ariete de la verdeamarela, recién fichado por el Hertha de Berlín por unos 18 millones de euros, festejó contra Bolivia, Uruguay, Colombia y Argentina en dos ocasiones.
Cunha, de 20 años, jugó cinco juegos.
Detrás suyo quedaron el argentino Alexis Mac Allister (Brighton de Inglaterra) y el colombiano Edwuin Cetré (Atlético Junior de Colombia), con cuatro goles cada uno.
El último artillero había sido el cafetero Sergio Herrera, con cinco, en Chile-2004, cuando se realizó el último Preolímpico.
Tras eso y hasta Rio-2016, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) decidió que los cupos olímpicos se otorgaran en el campeonato sudamericano Sub-20.
El capitán de Brasil, Bruno Guimaraes, fue elegido por la organización del torneo como el mejor jugador del Preolímpico.
El mediocampista defensivo de 22 años no solamente fue un león en la recuperación, también fue clave para el armado de jugadas de ataque de la Canarinha.
Guimaraes disputó los cuatro juegos de la fase de grupos y los tres del cuadrangular final. En seis fue titular y en uno suplente, ante Paraguay, debido a que la víspera de ese duelo viajó a Bogotá a presentar los exámenes médicos en la antesala a su fichaje por el Olympique de Lyon.
El cuadro galo pagó 20 millones de euros por su pase.
Argentina alcanzó su quinto título en los Preolímpicos sudamericanos.
Fue la primera galardonada de la competición, que se inició en 1960, y también se había llevado la última versión, en 2004.
Solamente hay otros dos campeones: Brasil, con siete campeonatos, y Paraguay, con uno.
Con el tiquete a Tokio, la campeona Argentina competirá por novena vez en unos Juegos Olímpicos. La primera vez fue en Ámsterdam-1928 y la última en Río-2016, donde cayó en fase de grupos.
Los argentinos han ganado dos oros (Atenas-2004 y Pekín-2008) y dos platas (Ámsterdam-1928 y Atlanta-1996).
Brasil, por su parte, competirá por decimotercera ocasión. Debutó en Helsinki-1952 y como anfitrión, en Rio-2016, se llevó su primera y única presea dorada.
Además, tiene tres platas (Los Ángeles-1984, Seúl-1988 y Londres-2012) y dos bronces (Atlanta-1996 y Pekín-2008).
La Canarihna, que además fue la única selección en finalizar invicta, fue el combinado que más goles marcó, con 16 en siete juegos. La mayor goleada se la ajustó a Bolivia (5-3), en la fase de grupos.
Chile solamente recibió dos goles en cuatro juegos, aunque quedó eliminada en la primera ronda, para un promedio de 0,5 tantos encajados por encuentro. Y lo hizo con un arquero suplente, Omar Carabalí, quien reemplazó al titular Gonzalo Collao que no fue prestado por su club, el Extremadura español.
De los equipos que pasaron al cuadrangular final, Brasil y su portero Ivan tuvieron la mejor barrera: siete tantos recibidos en siete juegos.
Ecuador fue la peor selección de la competición. Perdió los cuatro partidos que disputó, no anotó y además tuvo la defensa más vencida, con nueve goles encajados.
La selección que dirige el argentino Jorge Célico no pudo validar el título en el sudamericano Sub-20 ni el bronce en el Mundial de Polonia, ambos en 2019, ante la negativa de los clubes de ceder a sus futbolistas.
El certamen tuvo un promedio de 2,8 goles anotados por partido. En total se marcaron 74 tantos en 26 juegos.
En la anterior edición, Chile-2004, se registraron 89 anotaciones en 28 encuentros. El ponderado fue de 3,1 tantos por juego.